"Longo nos ubica en otros caminos, otras densidades.
Los senderos están pintados, y los contornos se dejan ver perfectamente, ya que hay una muy buena inventigación histórica acerca de la vida del artista en cuestión. El autor indagó a sus personajes al igual que en un interrogatorio y por momentos nos parecerá estar en un estrado.
Sólo que dichos estrados se metamorfosean constantemente en parajes o sueños.
Los que se sientan atraídos por los misterios de la vida de Van Gogh va a disfrutar de la obra, ya que sabemos que detrás de la cotidianeidad de los genios hay tela para cortar...
Longo ha manejado bien las tijeras y los tiempos del viaje.
Después de avanzar unos metros por los senderos del relato, llegamos a sentir los rigores y las inclemencias de la psiques del artista, sus cavilaciones, sus logros, los afectos que lo atan al mundo de las pasiones, aunque le signifiquen un asesinato constante. Un morir para crear...
Creo que los límites literarios están hechos, por que no, para confundirse. Y el irresponsable de Longo los ha confundido y nos invita a la confusión de los tiempos y los géneros. Ya que por momentos nos parecerá leer un policial negro y dos páginas más adelante las confesiones se entremezclan con un "cantable" orgánico de naturaleza y alcohol."
Los senderos están pintados, y los contornos se dejan ver perfectamente, ya que hay una muy buena inventigación histórica acerca de la vida del artista en cuestión. El autor indagó a sus personajes al igual que en un interrogatorio y por momentos nos parecerá estar en un estrado.
Sólo que dichos estrados se metamorfosean constantemente en parajes o sueños.
Los que se sientan atraídos por los misterios de la vida de Van Gogh va a disfrutar de la obra, ya que sabemos que detrás de la cotidianeidad de los genios hay tela para cortar...
Longo ha manejado bien las tijeras y los tiempos del viaje.
Después de avanzar unos metros por los senderos del relato, llegamos a sentir los rigores y las inclemencias de la psiques del artista, sus cavilaciones, sus logros, los afectos que lo atan al mundo de las pasiones, aunque le signifiquen un asesinato constante. Un morir para crear...
Creo que los límites literarios están hechos, por que no, para confundirse. Y el irresponsable de Longo los ha confundido y nos invita a la confusión de los tiempos y los géneros. Ya que por momentos nos parecerá leer un policial negro y dos páginas más adelante las confesiones se entremezclan con un "cantable" orgánico de naturaleza y alcohol."
Sacha Barrera Oro
prólogo a Sobras de Tearto vol. 2
26 de diciembre 2002
prólogo a Sobras de Tearto vol. 2
26 de diciembre 2002
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